sábado, 29 de noviembre de 2008

VIVAN

Vivan los muertos padres que sin querer
La seca tierra vivan nos dejaron
y nombres de mis árboles truncados,
con cuervos pasajeros devoraron.
Pero somos espejos, carne cruda,
las voces incompletas que nos llegan.
Queremos adornarles con las flores
nuestras tibias imágenes de ayer
sin saber si ocupamos sus nostalgias
y pesares, envidias y más madres.
Con cavilar la sangre por las noches
no aseguramos nada, ni las penas.
La conversión está sobre las tablas
que a oscuras ya los guardan de nosotros.

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