sábado, 22 de noviembre de 2008

Lillo y El Fumador

Dilucidar la isotopía(1) de un texto siempre es útil a la hora del análisis, mejor aún si esta abarca más de uno. El cuadro isotópico inferido nos mostrará la constante general que el autor, intencional o no, dio a la obra y así mostrar la ley estructural del texto. Es así como en El Fumador y otros relatos nos aparecen diez relatos que traen consigo, no sólo una isotopía que se intentará dilucidar, sino que también una serie de conexiones, relaciones y diálogos intertextuales (2) que nunca dejan de ser interesante a la hora de reforzar el resultado y de rescatar algo significativo de un texto del que no se tienen muchas referencias, por no decir ninguna, del tipo que sea.

La metodología que se usará será la extracción de fragmentos representativos de tópicos comunes a los diez relatos, que serán seguidos de comentarios, para luego análisis libre de los campos semánticos (3), formulando categorías y una ley estructural del texto. Para el reforzamiento del resultado, sea cual sea, se realizarán análisis de las posibles uniones que existan, más allá del propósito central del trabajo, entre los relatos, llámense conexiones semánticas o intertextualidades (paratexualidad (4) e hipertextualidad (5)), etc. Es necesario explicar que los títulos se nombrarán como R más un número que es el orden correspondiente a la aparición del relato en el texto.

El fumador y otros relatos (Mondadori, Santiago de Chile, 2008) consta de 10 títulos (Hielo, El fumador, La felicidad, No era mi tipo, Cita, 40 caballos, Nunca he estado en Katmandú, Vida de una cachorro, Diente de león y El último cuento). Las relaciones a lo largo de los relatos del texto siempre están marcadas por el elemento interpersonal formado por relaciones desamorosas. En R2, por ejemplo, al comienzo encontramos: “Con mi mujer estábamos pasando por un periodo difícil y no sabía si nuestro matrimonio iba a seguir” (p23). En R1 encontramos la misma situación pero de una manera menos cabal: “subimos a una micro. En la casa llegamos derecho al dormitorio y sin sacarnos la ropa nos tendimos en la cama y vimos la televisión sin volumen. Yo me quedé dormido primero.” (p18). Mientras que en R3 la relación establece una pacigüedad del conflicto, pero que concatena a otros tipos de situaciones: “Hablo de mi mujer y yo; ninguno de los dos tenía trabajo y estábamos acostados todo el día.” (p41) Se estructura así la relación interpersonal de RI, R2 Y R3 linealmente, siendo su esqueleto dos protagonistas quienes se relacionan de forma amorosa. La reiteración de este tipo de relación se establece nuevamente en R10: “- ¿Cuántos años hace?- preguntó Julia-. Desapareces de la noche a la mañana y al poco tiempo estás viviendo con otra mujer y yo me tengo que quedar con los chicos” (p125). Podemos dilucidar en los primeros relatos la tendencia a la separación, mientras que en R10 se muestra el paso de un cierto tiempo desaprovechado que no hace nada más que volver al conflicto en dicho relato. Sin embargo especifiqué lo de relación amorosa, ya que la relación se muestra como una macro constante en el texto. Sigamos viendo las relaciones entre dos personajes como únicos o centrales en los relatos.

En R5 se muestra el conflicto madre-hijo: “comenzó en un café del centro, un domingo en la tarde. Pero comenzó unos días antes, como una llamada que recibí en el colegio donde trabajaba. Era una mujer que decía ser mi madre, algo tan sorpresivo como ridículo” (p67). Al igual que en R10, existe el personaje ausente que decide volver; en este caso es la madre, la cual sólo escucha un “tú nunca exististe” (p72). En R7 el conflicto es padre-hijo: “Pensé en los años que estaba viniendo, y si la memoria no me fallaba eran más de quince años desde el día en que con mi hermana lo trajimos porque era difícil aguantarlo, hacerlo compartir con nuestras familias, oírlo quejarse en las noches como si se fuera a morir.” (p93) La ausencia se da como deseo y es el elemento que origina el conflicto al punto del aborrecimiento: “No era verdad, dejé de fumar porque en las mañanas estaba diez minutos tosiendo. No entendí por qué a mi padre no le podía contar esa pequeña historia, tal vez menoscababa el poco entendimiento que le quedaba o, lo que era más probable, no me interesaba relacionar nada mío con él excepto lo necesario, eso que aún nos convertía en familiares. ” (p93). Este tipo de relación sigue en R9, donde los estratos agenciales se invierten, siendo el padre generador del conflicto: “Se hablaba tanto de lo que les sucedía adentro a los violadores. Yo lo odié muchas veces, porque aunque mi madre trató de taparlo lo supe igual. Me avergoncé de él, quise que nunca más volviera vivir con nosotros porque a lo mejor era cierto que era un sidoso.” (p119). También existe la ausencia, como en R5. En otras palabras, en este último es la madre quien decide volver, mientras que en R9 es el padre.

En estos tres relatos notamos un periodo de ausencia (R5), una necesidad de ausencia (R7) y una vuelta a la primera (R9).

De una manera más débil encontramos en R6 conflicto padre- hijo: ”A su modo, Cecilia me convirtió en hombre mucho más de lo que hizo mi padre con sus clases de boxeo o llevándome cada tarde al gimnasio.” (p84). En el fragmento aparece una configuración lineal reversible, en donde se contrasta lo femenino/masculino, llevando la primera a concretizar a la segunda. Con respecto a lo interpersonal, el drama no es igual que en R7, pero se debe considerar como el relato anterior, no sólo por el orden establecido en todo el texto, sino por el paso a un “deseo de quebramiento de las relaciones” que posee el personaje de R7. Mismo deseo, pero justificado, tiene el personaje de R4, que además marca el inicio dentro de la estructura de El Fumador y otros relatos, del conflicto padre e hijo como también madre-hijo: “De un día para otro dejamos de ir, como si la deuda de nuestra esposa y madre estuviera pagada […] Desde aquella vez no he sabido más de él y no me importa demasiado.” (p61).

De esta manera encontramos campos semánticos que son claros a la hora de resolver una lectura del texto. Por ejemplo tenemos “periodo difícil”, “desapareces” (dirigiéndose a un tú), “oírlo quejarse”, “difícil aguantarlo”, “ninguno”, “no me interesaba”, “violadores”, “no me importa demasiado”, “menoscababa”, las cuales surgen como elemento fundamental en la conformación de lo citado. Si debemos darle una cierta categoría, sería adecuada la de INSENSIBILIDAD. Aún así sería apresurado dogmatizar a esta, por lo que debemos descubrir más categorías.

Estas relaciones se presentan entrelazadas con el tópico que sería La Muerte. En R1 lo encontramos sin producir algún giro en la tensión que causan los protagonistas. Esto se refleja en las siguientes dos citas: “Murió pasadas las cuatro. Con mi mujer lloramos en silencio y después le acercamos un espejo a la boca.” (p14) y en “-Me olvidé que tu mamá había muerto” (p16). No así se muestra en R4: “Yo sabía el resto de la historia […], pero esa vez fallé. Dejé de mirarme las manos cuando mi tía levanta el florero para descargarlo en la cabeza de mamá. […] Cualquier vida cambia con una suceso como ese, nadie queda indiferente porque nadie o casi nadie presencia el asesinato de su madre.” (p59) la muerte aparece de forma violenta, muy diferente a R1 en donde la muerte pasa desapercibida por los protagonistas, al extremo de olvidarla. Tómese en cuenta que en este último el personaje en cuestión es una anciana, mientras que en el otro es una mujer de un poco más de 40 años. También hay que extraer que en R4 el conflicto familiar llega a la violencia, la cual es el conducto por donde pasa R6, relato que retoma, luego de un pequeño receso en R5, el tópico visto: “Ahí estaba el Campeón, solo, como siempre lo había visto. Me acordé de su imagen en el camarín, sentado en la camilla con algodones en la nariz, y pensé en los motivos que tuvo para asesinar a Cecilia […]” (p88). De igual manera que en R4, R6 lleva el conflicto a la violencia en un relato donde la historia se construye en torno al boxeo.

Pero el tópico es tomado de otra manera también, considerándolo como efecto proyectivo y no-concretizante de ciertas patologías mortales. Por ejemplo en R8:

“La muchacha se despidió, pero antes de cerrar la puerta, dijo:
¿Te importaría saber algo?
No, dime.
Tengo sida. Ahora tú lo llevas. –Corrió hasta la casa y desapareció.” (p107)

El sida es el puente conector para R8 y R9. En este último, planteado en un fragmento citado anteriormente, se asimila al violador con un sidoso. Estas conexiones no son ajenas, por lo que hemos ido citando y relacionando. Pero las explicaré a continuación de los siguientes ejemplos.

En R2:

“Madrid se pasó la mano por los bigotes, y dijo:
Me estoy muriendo. –No dije nada-. Un escritor se está muriendo y tú no dices nada […] Cáncer, […] los doctores me dieron seis meses y llevo tres.” (p35)

Lo mismo sucede en R10: “Cachorro sentía que se iniciaba una conversación banal porque ninguna palabrería suelta podía reemplazar a una frase tan contundente como: <>.” (p123).

De este modo el elemento del tópico aparece directamente y se concretiza, como también no resuelve. De la primera forma pertenecen R1, R4 y R6, y de la otra, R2 y R8, siendo el cáncer el elemento repetitivo, por lo que debe relacionar a estos dos relatos con R1 que, como dijimos, se concretiza en: “El jueves mamá no pudo más. Los pies se le amontonaron y perdió la conciencia. Vino el médico y dijo que era normal, que después de algunos meses de buena cara al final el cáncer muestra la auténtica.” (p11)
Son cinco los elementos que, configurando parte importante en la trama de los relatos, conducen a la muerte. Un asesinato (R4), cuatro enfermedades terminales (RI, R2, R6 Y R8). Aún así la tragedia que causa una enfermedad no queda ausente en R3, el cual no presenta el tópico; veamos los siguientes fragmentos: “el chico me tomó de la mano y me sacó de la pieza […] sentí el frío del pasillo y me acordé de mi casa al tiempo que sentía chirriar las prótesis” (p47) y “junto al pequeño escritorio quedaron las prótesis igual que las armas después de la batalla” (p48). Tanto las enfermedades y las discapacidades conllevan desgracia.

La muerte es mostrada también como sus símiles simbólicos como sombra y oscuridad, que provoca desconocimiento y miedo. Esto se refleja como marca reiterativa en R8: “De pronto, al frenar una curva, una sombra salió de la nada y se puso en el camino” (p102); “… hasta que irrumpió una figura vestida de negro.” (p103);
“Oyó el grito a su espalda. Una sombra estaba parada junto a la camioneta, desgarbada […]- Tiene una ayudita- habló la sombra.” (p108). Hay que resaltar el carácter prosopopéyico de lo oscuro o la sombra, que sirve como instalación de diálogos con el protagonista, tales como “habló la sombra” (p108) y “le preguntó a la sombra” (p102). En R10 se presenta en “caminó hasta que oyó unos pasos atrás, dio vuelta la cabeza y vio una cabeza arropada. Se acercó a él, pero no llegó a tocarlo” (p130). Este fragmento da a conocer que la serie de relatos comienzan con el cáncer y termina en la sombra; produciendo una suerte de hermetismo temático el cual, a esta altura, se muestra como elemento básico. Además tomemos en cuenta que tanto R8 como R10, forman parte de los relatos en que “la muerte” no alcanza su finalidad, lo cual se puede traducir en una cierta cacería hacia sus respectivos protagonistas protagonista.

Tenemos una muerte expuesta (concretizada y no-concretizada) en el texto directamente, como también una simbolizada. Con esta pequeña estructura, estamos capaces de extraer algún campo semántico. Antes que todo se debe aclarar que el tópico no se establecerá como eje semántico, por su carácter explícito en este trabajo. Resaltan de los fragmentos seleccionados: “y desapareció”, “llorar”, “silencio”, “me olvidé”, “cerrar la puerta”, “conversación banal”, “me olvidé”, “frío”, y otras. Al igual que la categoría anterior, insensibilidad, acá encontramos la apatía hacia la situación mortal, un desengaño del ser “querido”. El sema compartido debe ser relacionado con la situación que provoca el tópico, por lo que INCOMPRENSIÓN, recaería en esta oportunidad. Ejemplifiquemos con una cita anterior: “Tengo sida. Ahora tú lo llevas”.
También resultaría conveniente dar cuenta de una categoría en el elemento más reiterativo en la serie: televisor. Algunos ejemplos más detallados en R1 por ser este el primero de la serie y por cumplir muchas veces la función de determinar lo que puede acontecer la tendencia semántica en los siguientes relatos: “Acostados, prendí la televisión. La miramos con el volumen cas al mínimo, haciendo zapping todo el rato” enseguida “Mamá se quejaba con la boca cerrada, sin palabras igual que la televisión” (pp12), también en “pensé que la televisión sin volumen no mostraba los velorios” (p17) y “en la casa llegamos derecho al dormitorio y sin sacarnos la ropa nos tendimos en la cama y vimos televisión sin volumen” (p18). La primera cita muestra al televisor como propósito del no sostener el coito. Mientras que la última, refleja la falta de diálogo que conlleva la televisión, como lo expusimos en las relaciones interpersonales en un principio, más si se desarrolla en momentos como un funeral.

Ahora veamos algunos fragmentos de la infinidad que existen señalando al televisor, para luego inferir una nueva categoría: “Al llegar se desvestía rápido dejándome con la televisión prendida” (R2, p23), “Lo único que nos negamos a vender fue el televisor” (R3,p41), “Me pasó el cuchillo e intenté acordarme como lo había visto hacer en la televisión” (R3,p45), “Puso su mano en la cabeza de él y le revolvió el poco pelo que le quedaba, como lo había visto hacer en las viejas películas de la televisión” (R4,p58), “y se oían voces que no podía ser más que de un televisor” (R5,p69), “La televisión seguía sonando en alguna parte” (R5,p71), “Los combates eran cada vez más espaciado y al final terminé viéndolos por televisión” (R6,p85), “sacamos a mi padre de allí y dimos unas vueltas alrededor de la plaza antes de dejarlo en su cama con el televisor prendido” (R7,p92), “estaba con la amante una hora y veían televisión” (R8,p100), “Ingresaron a un pub, un sitio en donde él había estado algunas veces con su amante; un lugar poco iluminado, con la música algo fuerte y una pantalla gigante” (R8,p104), “<>” (R9,p113), “Prefería la televisión, decía que los libros le aburrían” (R10,p126), “Era la escena de una película sobre una pareja madura, Bergman quizá” (R10,p129). Ordenemos. La televisión es lo primordial, la escusa, la incomunicación, lo preferido, el pasatiempo de los amantes, la constante, el detalle. La televisión muestra un sinfín de significados, a primera vista. Pero hay que tomar en cuenta que el propósito no es ese, la polivalencia, sino resaltar la importancia que cumple el televisor a lo largo de toda la serie, por lo que el televisor mudo, en silencio, visto por largas horas, determina una especie de constante en los relatos siguientes para el televisor. En otras, si caracterizamos el elemento repetitivo televisor según R1 y la función que cumple en la serie, podríamos marcarlo como INCOMUNICACIÓN.

Plano del paratexto

Ahora bien, hace falta trabajar sobre las conexiones de los relatos, como ocurrió con el elemento reciente, para reforzar nuestro resultado de la estructura textual.
Si consideramos las categorías establecidas de INSENSIBILIDAD, INCOMPRENSIÓN e INCOMUNICACIÓN parece abordar una antítesis el paratexto La Felicidad (R3), por lo que si no existe una paratextualidad coherente, estaríamos frente a una posible ironía.

En este texto topamos reiteradas veces con la palabra cumpleaños que, semánticamente, designa alegría. Ahora bien, primeramente se hace apto ver la conexión con los otros relatos que también portan la palabra. Por ejemplo en R4 el peso semántico de cumpleaños queda a obsoleto en el siguiente fragmento: “ahí estábamos los cuatro, los que en cada cumpleaños nos sentábamos en la misma mesa y decíamos las mismas cosas, desgranábamos los mismos comentarios baratos, esos que acompañan la mayoría de las celebraciones” (p57). También, y con una idea de contraste, en R6: “De lo que vi recuerdo a dos mujeres con una torta en la mano cantándole cumpleaños feliz a un hombre que le corrían gruesas lágrimas por las mejillas” (p87). De igual manera ocurre en R7: “La última vez [que pasearon] fue hace un par de años, cuando con mi hermana decidimos celebrar su cumpleaños en el centro. En verdad no fue el día del cumpleaños, sino el domingo siguiente o el anterior, no me acuerdo” (p32). Por lo tanto en R4 y R7 se refuta la idea paratextual de felicidad en ellos.

Agréguese también la paratextualidad existente entre el sema detrás de cumpleaños y los paratextos, los cuales portan negación: No era mi tipo y Nunca he estado en katmadú.

Volvamos a R3. La situación de este relato se constituye, primero en un hogar fragmentado, en donde sólo celebran 3 personas: “Miré la pieza, pero en ninguna parte descubrí algún objeto que indicara la existencia de un dueño de casa. Ni ropa ni fotografías ni esos objetos propios de los hombres como son las herramientas o alguna colección de autos en miniatura.” (p44); segundo, una de las tres personas sufre una discapacidad: “-Felipe- alcanzó a decir Leticia, con la boca llena, pero el chico caminaba hacia mí con sus piernas ortopédicas, parecido a un robot […]” (p46); y tercero, se expone el conflicto: “En eso Leticia le pegó al chico una cacheta en la boca y el chico soltó el llanto […]” (p45). Se observa, por lo tanto, fragmentación, discapacidad y conflicto, cuyas carga semántica desmienten al paratexto, instalando un tropo, el cual disfraza el real contenido semántico de la palabra sin ocultarlo, según Fontanier (las figuras del discurso, p67).

Otro interesante elemento paratextual lo encontramos en R8, R9 y R10. Su inter y paratextualidad está específica y explícitamente en R8 y R10. El primero nos presenta el paratexto Vida de un cachorro, en cuyo texto cachorro abre y cierra el relato: “Estaba oscuro cuando Luis subió a su camioneta con una bolsa en la mano donde había algo que se movía. Un rato antes, al llegar a su casa, vio al cachorro merodeando […]” (p99) y “Se despidió de su esposa y salió, pero cuando iba a subirse a la camioneta se le ocurrió mirar hacia abajo. El cachorro estaba ahí sacudiendo la cola, queriendo jugar con los cordones de sus zapatos” (p110). Mientras que en R10 el texto comienza con la afirmación: “-Soy yo – dijo Cachorro López” (p123). Se establece así el diálogo que los une. Agreguemos a esto la relación establecida anteriormente con respecto a la muerte: Sida (R8) y Cáncer (R10).

El otro diálogo que surge es entre estos dos relatos y R9, donde a diferencia de R8, el paratexto no se revela como un diálogo: Diente de león. Sin embargo no hay que apresurarse y decir que la hipertextualidad con R8 se da a nivel del texto, ya que este se presenta como elemento estructurador que dará origen a la competencia citacional (6), la cual permitirá decir que existe tal diálogo. A continuación dos fragmentos que nos ayudarán a esto: “debajo de una baldosa había un perro enterrado, un animal que vi en la calle la ventana de mi dormitorio” (p117), esta aclara que “mi padre bajó los ojos y arrancó uno de los dientes de león que crecía alrededor de la tumba” (p118). La relación entre perro y diente de león, es la que relaciona a manera de diálogo a perro, Vida de un cachorro y Cachorro López con Diente de león, estableciéndose relaciones de Intertextualidad en Cachorro López-perro y paratextualidad en Vida de un cachorro-Cachorro López-diente de león. Con esto, se muestra la reiteración estructural de una linealidad como la que instalamos en R1, R2 y R3. Principio y final de la serie de relatos.
Si observamos nuevamente los paratextos, podemos agregar a esta trato, aunque si bien no como paratextualidad, los semas repetitivos que dan la noción de animal: R6 (caballos), R8 (cachorro) y R9 (león).

Entonces, a nivel paratextual, se establecen relaciones inter y paratextuales que ayudan a revelar el carácter de ironía del paratexto Felicidad, con respecto a las dos categoría.

Resultados

Teníamos como primera categoría INSENSIBILIDAD, INCOMPRENSIÓN como segunda, y, finalmente, INCOMUNICACIÓN. Además descubrimos que las palabras destinadas a la felicidad, son ironías. De las tres primeras categoría su constante etimológica resulta ser el prefijo IN, que según la R.A.E., indicaría negación o privación, por lo existe una negación o privación de los sentimientos, de la comprensión y de la comunicación. Lo negado es la base de las relaciones humanas, de las formas de llegar a al empatía, de lo que nos hace seres humanos, con altos y bajos. Por otra parte, la ironía se caracteriza por ser retórico, o sea, por un estar consiente de lo que se dice. En conclusión, todo aquello nos permite formular, a través del elemento dominante, que la ley estructural del texto es la deficiente necesidad de las personas, en este caso los protagonistas de cada relato, por llegar a concretizar las relaciones humanas.




Glosario de términos:

1-Isotopía: “un conjunto redundante de categorías semánticas que hace posible la lectura uniforme del relato” Roberto Hozven Glosario semiótico Literario.

2-Intertextualidad: “como una relación de copresencia entre dos o más textos”
Gerad Genette (Palimpsesto: Literatura de segundo grado).

3-Campo semántico: “es conjunto de palabras o elementos significantes con significados relacionados, debido a que comparten un núcleo de significación o rasgo semántico (sema) común y se diferencian por otra serie de rasgos semánticos distinguidores”. Roland Barthes Elementos de semiología.

4-Paratextualidad: “es entendida como la relación que el texto mantiene con los títulos, subtítulos, intertítulos, prefacios, epílogos, entre otros, llamados paratextos.”
Gerad Genette (Palimpsesto: Literatura de segundo grado).

5-hipertextualidad: “es la relación que une a un texto B con un texto A, es
decir, supone la derivación de un texto de otro ya existente. Al texto B se le llama
Hipertexto yal texto A se le denomina hipotexto.”
Gerad Genette (Palimpsesto: Literatura de segundo grado).

6-Competencia citacional: “Experiencia y dominio de los rasgos discursivos que permiten al lector reconocer o interpretar la dimensión intertextual en un texto.” Roberto Hozven Glosario semiótico Literario.

No hay comentarios: